Cuba, en breve, abrazará una nueva epopeya, quizá la más descollante que pueda librarse en la actualidad: la inmunización de su pueblo contra un virus mortífero que ha aterrorizado al planeta

Trabajos en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) durante la investigación de los candidatos vacunales de Cuba Foto: José Manuel Correa

La historia de la Revolución es un ciclo continuo jalonado por epopeyas que, si bien parten de un contexto epocal, sirven para definir en su totalidad tanto a la madera de ese proceso social como a la de su pueblo, actor fundamental en la consecución de todos los logros.

Poseen las epopeyas patrias pos-1959 la aureola de las grandes causas colectivas, en las cuales se mancomuna la decisión de una sociedad con el espíritu de su tiempo y la fe en una causa.

Así, los cubanos participamos de varias de estas, que colorearon nuestra historia de los pigmentos verdes de la esperanza, porque ningún pueblo que escenifique tales nunca debe amputar sus certezas de mañana.

Trabajos en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) durante la investigación de los candidatos vacunales de Cuba Foto: José Manuel Correa

Intervenimos, y vencimos, en la Campaña de Alfabetización, la limpia de bandidos en el Escambray, la bélica imperialista en Playa Girón, los planes de institucionalización del país, sus grandes contiendas productivas, la industrialización de provincias como Cienfuegos, la batalla por el retorno del niño Elián González…

Cuba, en breve, abrazará una nueva epopeya, quizá la más descollante que pueda librarse en la actualidad: la inmunización de su pueblo contra un virus mortífero que ha aterrorizado al planeta.

Representa  dicha pandemia, a mi modo de ver, uno de los cuatro principales desafíos de nuestro tiempo, junto al calentamiento global, el peligro de un estallido nuclear y la política de depredación de Estados Unidos en el mundo.

Tras producir –gracias al desarrollo de nuestra biotecnología–, la que debe constituir la primera vacuna de América Latina contra el virus SARS-CoV-2, según reconocieron en fecha reciente la Organización Panamericana de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, la Isla estará en la posibilidad idónea para iniciar una campaña de vacunación que prevendrá a su población contra la COVID-19 y permitiría incluso concluir el actual año el proceso.

Trabajos en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) durante la investigación de los candidatos vacunales de Cuba Foto: José Manuel Correa

Luego de anunciarse hace pocos días la realización del primer lote de 150 000 dosis de Soberana 02 (de los cien millones a salir de nuestros laboratorios) y estar en marcha la elaboración del segundo, se dio a conocer que también comenzó la producción industrial del candidato vacunal Abdala.

Cuanto está sucediendo en esta Isla–en medio de un bloqueo atroz, sin prácticamente entradas financieras debido al escenario impuesto a escala mundial por la enfermedad–, es algo solo creíble porque se trata de Cuba.

Es consecuencia de la política histórica de la Revolución por preservar la salud del pueblo, es consecuencia de los desvelos de Fidel por impulsar la industria biotecnológica.

Supone el resultado de la decisión de un gobierno que invierte sus escasos recursos en esta nueva epopeya.

https://youtu.be/O1Z3202mO3w

Fuente: Prensa Latina

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